ME RELEÍ Y NECESITÉ BORRARME. A VECES ME PASA. EDITO. DEJO SOLO UNA PARTE. . .

 y me acordé de esa angustia que se te clava en el cuerpo, que te atraviesa a cada instante,  a dónde vayas, aunque sonrías para los demás, aunque todos te vean bien, y solo vos sabés cuánto te cuesta levantarte de la cama todos los días. porque te vas a dormir pensando en él y te despertás pensando en él. y aunque sé que esa chica nunca me va a leer, me encantaría decirle que el corazón se lo van a romper muchas veces, y que siempre va a doler, siempre va a ser una mierda, a los 18 o a los 50 años, que llore todo lo que tenga que llorar, pero que sepa que siempre, en algún momento, el dolor se termina, se va yendo, se cansa, se agota, hasta que te dormís pensando en vos, y te despertás pensando en vos, hasta poder reirte de eso. como yo me río ahora, sabiendo que en cualquier momento, así como así, otra vez, me rompen el corazón.  

Nunca seré ejemplo de nada, ni de bueno ni de malo, aunque quizás más cerca de lo segundo que de lo primero. Nunca voy a ser la que rompe corazones, la que enamora al pasar, la que llama la atención sin siquiera darse cuenta. Tampoco seré la que siempre viste bien, ni la linda ni la fea, ni la que cuida su cuerpo de los vicios destructivos. Mucho menos voy a ser la de la personalidad que deslumbra, la de las ideas firmes, la que sabe lo que quiere, ni la que tiene una respuesta para todo. Jamás voy a ser la alumna, ni la amiga, ni la novia, ni la hija ideal. Tampoco seré la chica que algunos esperan que sea, ni sumisa ni rebelde, ni acatada ni atrevida. No seré yo quién te dé problemas, tampoco quién te los resuelva. No esperes demasiado de mí, soy lo que puedo, soy lo que me sale. Y por eso mismo, te aseguro, nunca seré más que yo misma. 

Volvieron las bufandas

El frío y la lluvia dan ganas de abrazarse. Así mucho mucho, todo acolchonado de tanta ropa puesta. Y dan ganas de salir a chapotear de la mano y pisar las hojas secas que hacen ruido. Y dan ganas de darse besos escondidos abajo del paraguas. Y también, por qué no, ganas de quedarse adentro, en casa, tomando chocolate caliente, mirándose por arriba de la taza con los ojos empañados del vapor. Y meterse en la cama, tapados hasta el cuello, y seguir mirándose hasta quedarse dormidos, con el frío y la lluvia de fondo, afuera, lejos, del otro lado del vidrio...

Amanece, que no es poco

- 7 de la mañana de un domingo cualquiera.-
Ellas esperan el sol.

Me enamora el talento. Verlo ahí, puro, genuino, apasionado, estallando frente a mis ojos.  

Me hipnotiza, me absorbe, me sumerge, me transporta. Y antes de siquiera darme cuenta, me enamora.

pensá en todo lo que odiás. 

metelo en una bolsita. 

hacele un nudo bien fuerte. 

revoleala con un grito.  

y que se vaya bien lejos.

después pensá en todo lo que amás.

juntalo en una cajita. 

cerrala con llave. 

guardala adentro tuyo. 

y que nadie, nunca, te la quite.