miércoles, 14 de abril de 2010

Volvieron las bufandas


El frío y la lluvia dan ganas de abrazarse. Así mucho mucho, todo acolchonado de tanta ropa puesta. Y dan ganas de salir a chapotear de la mano y pisar las hojas secas que hacen ruido. Y dan ganas de darse besos escondidos abajo del paraguas. Y también, por qué no, ganas de quedarse adentro, en casa, tomando chocolate caliente, mirándose por arriba de la taza con los ojos empañados del vapor. Y meterse en la cama, tapados hasta el cuello, y seguir mirándose hasta quedarse dormidos, con el frío y la lluvia de fondo, afuera, lejos, del otro lado del vidrio...

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