lunes, 30 de agosto de 2010

mojarse los pies hasta que queden arrugaditos como una hoja de lechuga.


                    y entonces,
                       recién entonces,
                          tomar una decisión.

domingo, 22 de agosto de 2010

Soñando despierta

Soñé que escribía. Soñé, corrijo, que intentaba escribir. Una idea, una frase, un comienzo que me perseguía, pero que nunca lograba terminar.
Algo del deseo era, lo recuerdo bien. ¿Pero qué?
Saber ubicar el deseo.
Saber descifrar el deseo. 
Para luego, hacerlo
carne,
tangible,
real.
Los sueños me hablan  (¿o me gritan?).
Algo me quieren decir. 
Aquí estoy, yo, entre despierta y dormida, lista para escucharlos. Y agarrarlos. Y hacerlos, por qué no,
carne,
tangibles,
reales.

jueves, 5 de agosto de 2010

En algún lugar, en algún momento, se me perdieron las palabras. Se cayeron, se callaron, se rompieron, se desarmaron. Las letras, desparramadas, se buscan para fundirse, para darle sentido a su existencia. Porque qué es una E sin una S al lado que la haga Ser.
Así me siento. Como una letra perdida en medio de un diccionario. Como una palabra que no existe en ningún idioma. Como un sonido que nadie pronuncia. Como una H olvidada en un papel.
Sí, las palabras están. Solo que aún no se encontraron.