martes, 14 de abril de 2009

Rara, como encendida

Extrañarte es de lo más raro. ¿Cómo es posible? Si recién llegaste a mi vida, ¿qué te crees, que podés entrar así como si nada, de golpe porrazo, sin previo aviso? Es raro, porque no sé a qué venís, ni qué buscás, mucho menos qué esperás, si es que esperás algo. Tampoco te lo pregunto. Solo sé que un día, muy campante, me tocaste la puerta y yo, de distraída que soy, la abrí sin darme cuenta. Solo sé que de repente tengo unas ganas galopantes de tenerte cerca y que los pocos momentos que pasamos juntas ya los transformé en recuerdos, de esos que repaso melancólicamente a cada rato. Es raro descubrirte instalada en mi mente, como si hubieras decidido mudarte a mis pensamientos sin que yo te invitara, pero aún así sos muy bienvenida. Raro es que no te quiera echar, que quiera que te quedes, justo ahora que no tenía ganas de recibir a nadie. Más raro es que me dejes saber que sin querer yo también me mudé a tu cabeza. Que me guardás un lugar ahí dentro y que me pensás tanto como yo a vos. Es raro el modo en que nos conocimos, es raro sentir que te conozco sin conocerte nada, es raro querer que me conozcas, si sos una desconocida.
Raro, muy raro. De lo más raro...

1 comentario:

* dijo...

qué lindo qué lindo cuando alguien se instala sin permiso!!!
cómo me gustan esos vínculos espontaneos....

y he notado que a medida q pasa el tiempo a uno le cuesta más pensar en tener ganas de hacerse amigos nuevos, amigos amigos, así amigazos.....

Raro pero bello!!!!!! disfrutalo
:)