domingo, 3 de mayo de 2009

Globología

Las ilusiones son como globos. Globos de colores, de esos que se cuelgan en los cumpleaños y hacen que cualquier lugar parezca más alegre de lo que realmente es. Globos que se inflan con todas las ganas y fuerzas, que hacen que los cachetes se llenen de aire y los ojos se nos agranden de orgullo porque "¡mirá que globo tan grande hice!". Globos que a veces se amontonan, se apretujan, y hacen un ramo de globos. Globos de gas que se van volando cada vez más alto, cada vez más alto.
Las ilusiones son como globos. Cuanto más grandes, más frágiles, más vulnerables. Un roce y pueden pincharse. Globos que estallan en el momento menos esperado y aturden del susto. Globos que quedan pegados a una pared y se desinflan con el paso del tiempo. Se desinflan hasta perder su forma, su color, el aire que los mantenía vivos. Cada vez más chiquitos, más consumidos, se vuelven insulsos, se van muriendo. Globos que vuelan tan alto tan alto que se escapan de las manos, se pierden, se alejan, hasta ser inalcanzables, casi irreales. Globos que se van y no vuelven.

Las ilusiones son como globos. A veces preferiríamos que no estén, pero son inevitables. En el fondo sabemos que, nos guste o no, le dan vida a la fiesta.
Y fiesta a la vida.

1 comentario:

* dijo...

joder..... gracias