martes, 30 de marzo de 2010

Lo que me enloquece no es no entenderme, sino intentarlo.  Intentarlo  inútil y desenfrenadamente. El vicio por el vicio. Este masturbarse la neurosis.  ¿Qué placer tan inconciente me produce la maniática búsqueda de respuestas a todo? Las preguntas interminables que se cuelan una tras otra, con sus signos de interrogación, siempre ahí, mirándome, inquisidores y desafiantes. La incertidumbre, adentro mío, como un reloj antiguo, golpeándome con sus agujas pesadas, tac... tac... tac... El insomnio, la ansiedad, el cigarrillo, el escribir. Los dedos caprichosos, que insisten en teclear buscando decir algo. Cuando tal vez no hay nada que decir, ni preguntar, ni responder. Cuando quizá, lo único que hay que entender es que no hay nada que entender.

1 comentario:

Anónimo dijo...

entré unas seis o siete veces desde ayer.... lo (te) leo y re-leo y miles de cosas/palabras/ideas/inquietudes/sensaciones/sentimientos/ganas/etc me genera, me brotan, me nacen, me crecen, me penetran (ya que estamos).... pero como no tengo ganas d epensar, buscar la forma de hilarlas y que queden bonitas y se expresen correctamente, solo digo que pufffff páfate puuummmmmm ññññññññññññññññnnnnnnnnnn auch!

que se venga un período de latencia mental!!

abrazo larrrrrrrrrgo que dure hasta la próx vez que te vea